sin sentido

Hoy en día, coyunturalmente nos encontramos inmersos en una vorágine que nos succiona hacia el centro del absurdo. Tal vez debería hablar del clima electoral, del terremoto en Japón, del tsunami; lo cierto es que todos aquellos temas que tanto atrapan nuestra atención, son hoy para mi excesivamente ajenos. Lo cual me lleva a interrogarme, que esta mal conmigo, soy una persona mezquina y egoísta incapaz de solidarizarse con su hermanos o de comprometerse con la democracia. Posiblemente no este perdido, quizas no soy un ególatra, solamente extravié mi sensibilidad social en amargos días pasados. Hoy deseo hablar de la vida, aunque propiamente del sentido (extremadamente subjetivo) de la vida. No pretende ser arrogante y suponer que conozco todas las respuestas, he vivido y vivo desde la perspectiva de un joven de clase media de un país subdesarrollado y católico; pero el subdesarrollo no esta en mi mente. Estamos atrapados en el espiral de una cadena de consumo que nos hace creer que necesitamos todo artefacto nuevo disponible en el mercado. Eres lo que tienes, ya no solo satisfacer nuestras necesidades primordiales basta.


Otros buscan a Dios, alguna secta, algún maestro iluminado. Evidentemente no soy una autoridad en ese tema pero por algunas vivencias personales, me arriesgaria a decir que el sentido de la vida no esta en la religión. Ojo, hablo de la institucion en general, es un camino demasiado transitado y tortuoso que lleva a nada.

El conocimiento nos salvara, habrá salvación alguna para el ser humano bombardeado de alienación, tal vez, tal vez el problema es que la solución radica paradojicamente en la ausencia de una respuesta.

Sin sentido total.