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1 de abril de 2006
BALANCE DE 10 AÑOS DE GOBIERNO DE FUJIMORI
Han transcurrido 10 años de gobierno del Ing. Fujimori y es necesario hacer un balance imparcial de su gestión en la conducción del país.
Los principales éxitos del actual Presidente se han dado en su primer gobierno, debiéndose de reconocer como muy valioso: la lucha contra el terrorismo, la reducción de la inflación y la reinserción del Perú al sistema financiero internacional, la recuperación de las reservas internacionales, así como algunas reformas económicas estructurales que permitieron el retorno del capital extranjero al país. En su segundo gobierno, no encontramos ningún avance en materia económica, pero puede considerarse como medidas positivas las negociaciones efectuadas con Ecuador y Chile.
No se puede ser mezquino en no reconocer estos logros del Presidente, pese a que muchos detractores atribuyen los éxitos económicos al FMI y los de la derrota del terrorismo a la Policía Nacional. Lo cierto es que los activos y los pasivos lo asume quien esta al frente del negocio.
Algunos resaltan avances en materia fiscal, pero lo he excluido, porque realmente hay dudas sobre este particular, cuando se observa en las estadísticas del BCR que todos los años –sin excepción- hubo déficit fiscal, habiendo crecido el gasto gubernamental más que el PBI y la población, pese al despido de ingentes cantidades de empleados públicos. Hoy el gasto público llega a los US $ 10,000 millones, pero la composición del gasto corriente, es decir del administrativo se mantiene invariable en 80% como ha sido la tendencia en los últimos 40 años.
Hay también quienes le atribuyen al Presidente logros en el tema social. En este punto también soy escéptico, pues tras el devastador "shock" es lo mínimo que se tenia que hacer por los más necesitados. Ciertamente en materia social, el asistencialismo ha terminado por sustituir a las nuevas fuentes de trabajo. De acuerdo a cifras del BCR la formación bruta de capital del gobierno central en los sectores sociales, es decir la inversión gubernamental en educación, salud y vivienda, alcanzó en 1995 su punto más alto, al representar 26% del total de las inversiones gubernamentales, pero según cifras disponibles dicho porcentaje se redujo a 19% en 1998, estimándose que en 1999 habría llegado a 17%. En otras palabras también la inversión social muestra una tendencia a la baja. La dignidad que otorga el trabajo digno a la persona no puede ser ni de lejos comprarse con dádivas.
En relación a lo malo efectuado por el gobernante, tenemos en primer lugar que muchas promesas fueron incumplidas, algunas para bien como el "shock" y otras para mal como el reciente retroceso en la eliminación del impuesto de solidaridad, por ejemplo: no se erradicó el terrorismo, no se generó más empleo, no se cerró la brecha de la balanza comercial, no se apoyó a la agricultura, ni a los exportadores ni a la micro y pequeña empresa, no se siguió con la reforma del Estado, no se hizo nada por la descentralización, no se continuo con la privatización, no se concretó Camisea, entre otras cosas.
Al parecer lo malo del gobierno se relaciona con las aspiraciones de una nueva reelección presidencial, pues de otra manera no se explica: la disolución del Congreso en 1992 y del tribunal constitucional, el deterioro institucional (e independencia) del poder judicial y legislativo, la intervención indirecta en algunos medios de expresión.
Hay también algo de malo en la elección de los Ministros de Estado en el segundo período gubernamental, de hecho la calidad de los del primer gobierno superan con creces a los del segundo mandato.
También agregaría como malo, algunas medidas económicas que realmente son preocupantes en el mediano plazo, como el elevado endeudamiento del segundo gobierno del Presidente Fujimori, el cual según la propia Comisión de Presupuesto del Congreso fue de US $ 14,100 millones entre 1995 y el 2000. Si a ello sumamos los fondos de privatización US $ 9,000 millones, realmente resulta inexplicable la situación critica en que nos encontramos.
Lo feo, lamentablemente esta relacionado con el empleo y los ingresos de los trabajadores y las empresas. El empleo muestra una tendencia decreciente, pero a la vez también se ha deteriorado la calidad del trabajo al crecer la informalidad de la economía. En el caso de la industria el empleo no ha dejado de caer desde 1998, mes a mes, año a año. En el caso de las empresas las inversiones en espera de tiempos mejores no han dado resultado y las ha afectado financieramente, creciendo las deudas con los proveedores, el sistema financiero y la Sunat. Queda claro que esta es una de las consecuencias de no contar con cifras fiables de la evolución económica.
Finalmente, lo más feo de todo es que se nos dice, a través de Joy Way, que no hay necesidad de presentar un plan de gobierno para el período 2000 - 2005, pues basta con lo hecho en los últimos diez años ¿?. En otras palabras, se nos dice que no habrá cambios, lo cual implica que seguirá el desempleo, la recesión y la falta de institucionalidad. La verdad es que no estamos en el mejor de los mundos, es necesario empezar por reconocer nuestros problemas y plantear las medidas de solución. Todos los candidatos tienen la obligación moral de presentar sus planes de gobierno y el pueblo de evaluarlas.
Cortesia: http://www.ileperu.org/contenido/Articulos/balance_daniel.htm
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